LA VOZ OTRA CLAVE EN LA GESTIÓN DE CONFLICTOS

LA VOZ OTRA CLAVE EN LA GESTIÓN DE CONFLICTOS

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La Voz: otra clave en la gestión de conflictos

Cuando una persona se ve envuelta en un conflicto, aquello que ha generado la situación, dispara simultáneamente una respuesta emocional, que en ocasiones puede resultar difícil de gestionar.

 

Este tipo de respuesta puede hacernos sentir frustración, incomprensión, decepción, enfado, tristeza, miedo… Y en función de cuánto nos haya afectado la situación que propició el conflicto, estos sentimientos pueden ser más o menos abrumadores. Dependiendo de nuestra capacidad de autogestión y autoconocimiento podremos ser capaces de mejorar nuestra respuesta en mayor o menor medida. Sin embargo, esto siempre tendrá un efecto en el sonido que emite nuestra voz, tal y como se explica a continuación.

Por eso, es bueno saber que se puede controlar nuestra voz, entrenando este “instrumento” para conseguir relaciones más armónicas.

 

Cuando el cerebro humano detecta una situación de potencial peligrosidad en la que estamos fuera de nuestra zona de confort, puede responder de tres maneras: huida, pelea/enfrentamiento o paralización. Esta estructura de respuesta cognitiva/emocional tiene una repercusión fundamental en nuestra voz, ya que la manifestación de la emoción afecta considerablemente a los movimientos musculares del aparato respiratorio y de la laringe, lo cual modifica el tono de voz de la persona. “Mal puede tener la voz tranquila, quien tiene el corazón temblando” Félix Lope de Vega y Carpio (1562–1635). (Poeta y dramaturgo madrileño).

 

A continuación, se explica de qué modo nuestra voz participa del proceso mental al enfrentarnos a una situación comunicativa en la que nos sentimos fuera de nuestra zona de confort, en las situaciones específicas de paralización y enfrentamiento:

 

Paralizándonos: Si nos sentimos sobrepasados por la situación, el cerebro envía una orden a través del nervio vago, que recorre gran parte de nuestro cuerpo y pasa por la laringe (donde se encuentran nuestras cuerdas vocales y se produce el sonido), con el fin de paralizarnos y permanecer en silencio. Por ejemplo: estamos ante una sala repleta de gente y debemos dar un discurso, o bien tenemos que exponer nuestra opinión delante de un grupo de personas y nos causa mucho respeto. Es probable que, si esta situación nos desborda, empecemos a notar un nudo en la garganta, nuestra voz no salga o que si lo hace sea temblorosa y/o entrecortada. Sin duda, no se trata de nuestra voz habitual.

 

Enfrentándonos: Si nos sentimos amenazados por la situación y reaccionamos buscando el enfrentamiento, de igual manera se produce una respuesta en el sonido de nuestra voz.

 

  • Aumentamos el volumen y elevamos el tono (gritamos): Cuando sentimos que no somos escuchados o comprendidos, se produce una respuesta inconsciente por sentir a la otra persona lejos, que hace que nuestras cuerdas vocales se tensen y vibren con más contacto para intentar conseguir que nos escuchen. Además, el sonido se volverá ligeramente más agudo y dependiendo de la persona podrá tener un matiz estridente o roto. (Nota curiosa: los bebés lloran estrechando una región de la laringe que actúa como un filtro y produce un sonido entre 2-4KHz. Ese sonido tiene una característica estridente que resulta molesta para el oído humano. Sin embargo, tiene una función primaria de supervivencia que busca asegurar que quien esté a su cargo les escuche. Pero no debemos olvidar que en un conflicto de este tipo generará siempre malestar e incomodidad para el interlocutor objeto del enfrentamiento).

 

Sin duda, esto es algo muy molesto para el receptor que podrá estar o no actuando de igual manera. En cualquier caso, esto no hace más que aumentar la tensión comunicativa y se requiere de técnicas de gestión interna y externa para reconducir estas situaciones: comprender la situación, comprender por qué me detono, comprender por qué se detona la otra persona, cómo comunicarse efectivamente… En este artículo nos centraremos en el poder de la VOZ y cómo utilizarla para gestionar mejor los conflictos, sobrellevar las conversaciones difíciles y conseguir relaciones cotidianas armónicas.

 

Nuestra laringe, que es el punto donde confluyen las emociones, también es el punto donde se produce el sonido: en las cuerdas vocales (situadas en la laringe, justo detrás de la nuez llamada cartílago tiroides). Aunque muchas personas lo desconocen, el sonido de la voz puede modificarse con facilidad sin perder por ello la esencia de la persona. Todo lo que modifiquemos por encima de las cuerdas vocales actuará como un filtro que modificará el sonido, volviéndolo más o menos resonante, dulce, estridente, aireado, nasalizado, llorado, apretado… Las posibilidades de jugar con la voz son enormes. Y aunque como se ha comentado hace un momento, la emoción afecte a nuestro sonido, poniendo consciencia sobre nosotros y sabiendo que tenemos poder de control sobre nuestro sonido, podríamos mejorar considerablemente nuestra forma de comunicarnos y nuestras relaciones.

 

Por ello, siempre recomiendo optar por encontrar nuestro tono más natural y neutral, porque esto transmitirá coherencia y calma, e inconscientemente generará una respuesta positiva en quien nos escucha. Y recordemos, una gran clave a tener en cuenta reside en considerar la intención que hay detrás de todo aquello que hacemos y decimos, porque esto condiciona lo que transmitimos.

 

Hay ocasiones en las que una persona puede sentir tensión, preocupación, nerviosismo, vergüenza… (en algunos casos hay quien pasa la mayoría del tiempo en ese estado) y esto afectará a su sonido volviendo su timbre algo más artificial. Sin embargo, podemos tener en cuenta algunas pautas que harán que nuestra voz sea más armoniosa y natural:

 

  • Laringe neutra. Al tragar podemos notar cómo la laringe (la nuez) se mueve como si fuera un ascensor, hacia arriba y después vuelve a su sitio. Si bostezamos podemos notar cómo ese ascensor va hacia abajo y después vuelve a su sitio. Este movimiento influye en el color de nuestro sonido, es decir, si lo escuchamos más claro/agudo o más oscuro/grave. Debemos buscar una neutralidad en nuestro sonido, sin tensiones musculares añadidas. Para ello relajaremos la mandíbula, la lengua, el cuello y los hombros y una vez que la zona esté sin tensiones tragaremos saliva. La laringe se moverá y después volverá a su posición de reposo. Debemos intentar hablar desde esa zona media en la cual reposa nuestra laringe, con esa sensación relajada.
  • Silencio. El silencio es fundamental. Con el silencio nos acercamos a la persona y decimos incluso más que con muchas palabras o sonidos bonitos. Además, nos da tiempo a relajar los músculos que intervienen para producir sonido.
  • Volumen medio. En una situación de tensión provocada por un conflicto, donde las emociones están a flor de piel, conviene emplear un tono de voz medio o bajo. Cuando una persona está desbordada por la emoción no consigue razonar de la manera en que lo haría en una situación normal y cualquier volumen que sea ligeramente más elevado de la media producirá estrés y menos capacidad de razonamiento. Se recomienda por ello un tono de voz ligeramente más suave de lo habitual.

 

  • Dinámicas. En una situación conflictiva, es de agradecer que una persona intente comprender el punto de vista del otro, por lo que resulta adecuado emplear un sonido acorde a lo que dice y siente ese otro. Se recomienda el uso de un sonido dulce o cercano, con inflexiones a la hora de afirmar, preguntar, reflexionar, etc.

 

  • Ritmo. Un ritmo o velocidad de habla medio, evitando la velocidad excesiva. Aunque si tuviéramos que elegir sería preferible un ritmo algo más lento de lo habitual. Así daremos tiempo a la calma, comprensión y reflexión a las personas presentes.

 

  • Respiración. Recomiendo ser consciente de la respiración para mantenernos en el presente y cuando no estamos hablando intentar realizar respiraciones conscientes abdominales, porque esto nos calmará. Sin embargo, cuando estamos hablando podemos emplear el gesto respiratorio habitual. Mi pauta aconsejada sería un trabajo costal o abdominal, ya que un trabajo pectoral no ayudará a sentir tranquilidad ni gestionar bien el aire y cuando estamos hablando debemos tener control del aire y de la resonancia, así como de nuestras cuerdas vocales.

 

Para una persona con más práctica en técnica vocal ahondaría en su control de la resonancia para que siempre tuviera un sonido sin esfuerzo y de carácter envolvente. Además, trabajaría también la dicción para que se escuchase lo más claro y comprensible posible.

 

En definitiva, nuestra voz es nuestra identidad, es nuestra huella en el mundo y cómo la usemos despertará una reacción en quien nos escucha. Al controlar tu voz, gestionarás mejor las reacciones ajenas y establecerás relaciones comunicativas más efectivas, sanas y positivas.

 

Gloria Blanco

 

 

 

 

 

Gloria Blanco es una profesional con más de 15 años de experiencia en el sector de la voz, la comunicación y el fortalecimiento personal.

Al finalizar sus estudios de ingeniería tomó la decisión de seguir su propio camino y emprender para alcanzar su propósito: ayudar a las personas a expresarse con autenticidad y exponerse con confianza.

Gracias a sus inquietudes, años de formación y experiencia, entendió cómo la voz refleja la identidad de una persona y que trabajarla es el medio idóneo para acercarnos a nuestra esencia, autenticidad y potencial.

Se ha convertido en referente por ser pionera en trabajar con un enfoque integral: combinando técnica y mentalidad de una forma innovadora. Así, consigue resultados rápidos, efectivos y duraderos que crean un impacto real en las personas.

 

Su formación destacada:

– Certificada como Vocal Coach, Certificada en Estill Voice International, Máster en Coach de Canto, Comunicación y Negocios (Nueva York), Graduada en Ingeniería Industrial, Máster de Patología de la Voz, Formación específica en Oratoria y Comunicación, Certificada en Programación Neurolingüística (PNL), Formación en Psicología Aplicada e Inteligencia Emocional, Formación en Técnicas de Interpretación e Improvisación, Formación en Locución, Formación en Mentorización, Máster de Capacitación Pedagógica

 

Entre sus últimos trabajos destacan:

– Su trabajo como vocal coach en Tu Cara Me Suena, programa de TV Antena 3 dedicado a imitar cantantes famosos. Ha formado y acompañando en el rodaje a alguno de sus concursantes para su actuación.

– Su trabajo en Nueva York durante 6 meses con Tom Burke y Joan Lader, coach de élite y reconocimiento internacional que trabajan con cantantes de Broadway, Hollywood y corporativos de grandes empresas (Google y Hubspot).

– Trabajo con directivos, empresarios y profesionales para potenciar sus habilidades comunicativas y de exposición obteniendo así una mayor repercusión en su trabajo.

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